Activo depreciable
Los activos de una empresa son el conjunto de bienes, derechos y recursos de los que la empresa es propietaria.
Se clasifican en:
- Activos fijos: Bienes y derechos que permanecen en la empresa a largo plazo.
- Activo circulante: Bienes y derechos que permanecen en la empresa a corto plazo.
Se entiende como activo depreciable cualquier activo que pierde valor a lo largo de su paso dentro de la empresa.
Las principales razones por las que un activo pierde valor a lo largo del tiempo son:
- El uso prolongado del inmovilizado en la actividad de la empresa.
- El paso del tiempo hace que ciertos inmovilizados pierdan valor, especialmente los activos tecnológicos ya que el progreso y el desarrollo continuo de nuevas tecnologías acelera el proceso de obsolescencia tecnológica.
Existen también ciertos factores que pueden reducir la pérdida de valor del activo e incluso incrementar su valor:
- Un correcto mantenimiento del activo puede prolongar su vida útil, y con ello reducir la pérdida de valor de mercado.
- Existen activos que con el tiempo pueden incrementar su valor, convirtiéndolos en focos de atención especulativos. La vivienda es un claro ejemplo de este tipo de activos.
Las empresas utilizan la amortización para calcular la depreciación de sus activos y así cumplir con uno de los requisitos fundamentales de la contabilidad empresarial: reflejar la imagen fiel de la empresa.
Aunque todos los activos pueden sufrir una depreciación, solo los activos fijos se tienen en cuenta a la hora de calcular la amortización.
Los activos fijos se dividen en tangibles e intangibles.
Los muebles, oficinas y equipos informáticos son ejemplos de activos depreciables tangibles, mientras que los programas informáticos, una patente o los derechos de autor son activos intangibles.
Para el cálculo de la depreciación se deben de tener en cuenta tres elementos:
- Valor amortizable: es la base imponible del precio de adquisición, es decir sin tener en cuenta el IVA, pero si se tendrán en cuenta todos los gastos necesarios para la puesta en funcionamiento de ese bien.
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Vida útil: es el período de tiempo que el bien va a tener utilidad para la empresa. Es decir, el tiempo que dicho bien va a funcionar al 100% de su capacidad. Ante la duda, en la página web de la Agencia Tributaria existen unas tablas de carácter oficial. Por ejemplo, si la vida útil es de 5 años, amortizaremos un 20% del valor del bien cada año.
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Valor residual: el valor final del bien una vez se haya depreciado. Por lo tanto es el equivalente al precio de venta que tendría el bien si se pusiera en venta en un momento dado.
Para calcular la depreciación de un activo existen 4 métodos diferentes.
La empresa solo puede escoger un método de cálculo por activo:
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Amortización lineal o según tablas
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Amortizaciones según la actividad
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Amortización de suma de dígitos o de Cole que puede ser creciente o decreciente
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Amortización sistema de porcentaje fijo sobre valor neto contable